Sabado 13 de noviembre de 2021
Basándose en los datos del Estudio Longitudinal Inglés del Envejecimiento (ELSA), el equipo de Daisy Fancourt y Andrew Steptoe realizaron una investigación cuyo propósito fue identificar si los adultos mayores de 50 años presentan una disminución de la cognición al ver televisión por tiempos prolongados.
Con una muestra de 3.590 adultos mayores seleccionados del ELSA realizado entre 2008 y 2009, se realizó un seguimiento a estos participantes durante seis años, analizando el promedio diario de horas que veían televisión y realizando pruebas para evaluar la cognición considerando la memoria verbal y la fluidez semántica. Se consideraron tanto factores demográficos, como de salud física y mental y se excluyeron a los participantes con discapacidad visual total y demencia.
Para medir la memoria verbal, se presentó a cada participante una grabación con 10 palabras, en la que cada palabra era espaciada por intervalos de dos segundos. Posteriormente, se solicitó a cada participante que recordara el mayor número de palabras posibles. Esto se hizo inmediatamente después de terminada la grabación, y se volvió a repetir después de que los participantes realizaron una serie de pruebas cognitivas; de este modo, se pudo analizar tanto la retención a corto plazo como a largo plazo.
Para medir la fluidez semántica, se les pidió a los participantes pensar en la mayor cantidad de animales posibles en menos de 1 minuto. Esta última tarea permitió además evaluar aspectos de la función ejecutiva como la flexibilidad cognitiva, la velocidad de procesamiento, el control inhibitorio y la fluidez verbal.
Dentro de los principales resultados, cabe señalar que las mujeres veían más televisión al día que los hombres, al igual que las personas que no estaban casadas o convivían, las que no trabajaban y las de menor nivel educativo y económico. Respecto a la cognición, los resultados indican que la memoria verbal, pero no así la fluidez semántica, empeora en los seis años siguientes de ver televisión al día, por 3,5 horas o más.
Como explicación de lo anterior, los investigadores sugieren que la recepción pasiva de imágenes y sonidos que conlleva ver televisión vuelve a la persona más alerta, aunque disminuye su capacidad de concentración. Otra posible causa sería el estrés que produce el contenido del programa que se visualiza, ya sea por el contenido de las escenas o el suspenso de la trama. Diversas investigaciones apoyan este hecho, puesto que se sabe que el estrés conduce a la atrofia del hipocampo y a la alteración de la neurogénesis, junto con las alteraciones de la cognición. Por último, ver televisión por un tiempo prolongado desplaza la posibilidad de que los adultos mayores realicen actividades cognitivas beneficiosas que contribuirían a preservar su memoria, como por ejemplo, los juegos de mesa, la lectura o participar en actividades culturales.
Fuente: Fancourt, D., & Steptoe, A. (2019). Television viewing and cognitive decline in older age: findings from the English Longitudinal Study of Ageing. Scientific reports, 9(1), 1-8.
Foto de Ricardo IV Tamayo en Unsplash