La reactivación de componentes mitiga la curva del olvido

Sabado 13 de noviembre de 2021

Es sabido que la nueva información aprendida pasa por un período de consolidación antes de ser almacenada en la memoria a largo plazo. Este período se caracteriza por ser lábil y susceptible a modificaciones, ya que se sintetizan proteínas a través del proceso denominado consolidación celular, que se lleva a cabo tras el periodo de aprendizaje inicial. La consolidación de la memoria puede robustecerse si se somete a un proceso de recuperación de recuerdos que consiste en volver a exponer al cerebro a información previamente adquirida. Esto se explica porque dicho proceso provocaría un aumento en la actividad de la red neuronal que sustenta el recuerdo, reforzando así las conexiones que la forman, lo que volvería los recuerdos reforzados más persistentes y precisos en el tiempo.

Un grupo de investigadores de la Universidad de Trent, Canadá, realizó un estudio con 167 participantes para esclarecer si la reactivación de componentes y la re-consolidación pueden mitigar la Curva del olvido de forma similar a lo que se observa en el «efecto prueba» de la psicología cognitiva, tras la recuperación por esfuerzo. La prueba realizada a los participantes consistía en mostrarles a través de una presentación PowerPoint, 26 imágenes del Sistema Internacional de Imágenes Afectivas (IAPS), en que nueve imágenes representaban paisajes, tres eran de animales y las otras catorce imágenes eran de objetos domésticos. Los participantes se sentaron frente a un monitor, a una distancia de 60 cm y las imágenes se presentaron individualmente por 10 s, con una pantalla negra entre cada imagen por 3 s.

Luego, se asignaron aleatoriamente a los participantes a cuatro grupos de reactivación: el grupo reactivación descriptiva (condición de efecto de prueba) recibió tres reactivaciones de memoria distintas, donde debían recordar la mayor cantidad de información posible sobre las imágenes vistas. El grupo reactivación de componentes (condición de efecto de señalización), recibió tres reactivaciones de memoria, a través de preguntas que hacían alusión a categorías: ¿cuántas imágenes incluían animales?, ¿cuántas imágenes incluían paisajes?, y ¿cuántas imágenes incluían objetos domésticos? El grupo distractor (reactivación de procedimientos experimentales), recibió las siguientes preguntas relacionadas al procedimiento experimental: ¿cuál fue la fecha y la hora en que completó la parte 1 de este experimento? y ¿en qué forma repasó el experimentador con usted antes de comenzar el experimento? Además, les solicitaron que describieran el procedimiento de la parte 1 de este experimento. Por último, el grupo control no recibió preguntas durante todo el período que va desde la visualización de las imágenes hasta la realización de la prueba de recuerdo. El objetivo de esto era evaluar la tasa típica de olvido.

Además, los participantes fueron asignados aleatoriamente a tres condiciones de retención: 1 hora,  9 días y 28 días. Para el grupo intervalo de retención 1 hora, los participantes tras realizar la prueba de ver las imágenes, tuvieron un descanso de 10 minutos para leer revistas y luego, tuvieron que responder preguntas en un computador. Estas preguntas diferían según el grupo de reactivación al que pertenecían. Esta actividad se repitió dos veces más, separadas por un intervalo de descanso de 10 minutos. Después de la tercera vez, se realizó una pausa de otros 10 minutos antes de pedirles que realizaran la prueba de retención. Cabe señalar que los participantes del grupo de control no fueron interrogados y leyeron durante 50 minutos sin interrupción hasta la prueba. Para el grupo intervalo de retención 9 días, se les pidió a los participantes retirarse del laboratorio tras ver las imágenes. Después de dos días, se les envió su actividad de reactivación (según al grupo de reactivación al que pertenecían) y tenían 12 horas para responder. Este procedimiento se repitió al quinto y séptimo día, de modo que los participantes recibieron un total de tres reactivaciones igualmente espaciadas. Cabe destacar que los participantes que no respondían en los plazos establecidos fueron excluidos del estudio. Al noveno día, los participantes volvieron al laboratorio y realizaron la prueba de retención. Los participantes que eran parte del grupo control no fueron contactados hasta el octavo día, para recordarles que al día siguiente debían ir a realizar la prueba. Para el grupo intervalo de retención 28 días, se siguió el mismo procedimiento experimental que con el grupo anterior, recibiendo las actividades de reactivación los días 7, 14 y 21. El día 28 se dirigieron al laboratorio a responder la prueba de retención. Todos los participantes que respondieron la prueba dispusieron de todo el tiempo que necesitaron.

Los investigadores consideraron que una imagen era correctamente recordada por el participante si describía lo esencial de ella: color, ubicación, tamaño, orientación, descripción y los elementos relacionados con la imagen. También se registraron el número de imágenes recordadas falsamente y el número de detalles incorrectos.

Los investigadores concluyeron que ambos tipos de reactivación mitigan la Curva del olvido, ya que los resultados mostraron que los participantes del grupo descriptivo y del grupo reactivación de componentes recordaron más imágenes y más detalles que los participantes de los grupos distractor y control. Cabe destacar que el número de detalles correctos recordados por imagen, es decir la precisión, tuvo mejor rendimiento en la reactivación descriptiva. Concluyeron así, que este tipo de reactivación mejora la memoria a largo plazo, ya que implica un recuerdo más esforzado y detallado, y que debe pertenecer a la «memoria objetiva» para mejorar la retención. A modo general, estos resultados confirman la hipótesis de que las reactivaciones refuerzan los recuerdos, lo que sugiere una mayor persistencia de estos en el tiempo, es decir, un fortalecimiento de la memoria o re-consolidación.

Por otro lado, los participantes del grupo intervalo de retención 1 hora recordaron más detalles de las imágenes. Los grupos intervalo de retención 9 y 28 días mostraron resultados similares en cuanto a la precisión. El grupo de investigación también focalizó su atención en los detalles falsamente recordados para determinar si la reactivación tenía algún efecto en las representaciones mentales (mnémicas) de los participantes. En este aspecto, los participantes del grupo intervalo de retención 1 hora mencionaron menos imágenes falsas que los participantes de los grupos intervalo de retención 9 y 28 días, quienes mostraron resultados similares.

Se llegó a la conclusión que la recuperación inducida por el esfuerzo de reactivación debe ser similar, en forma, a la prueba final para promover un mejor rendimiento de retención. Además, los resultados indican que promover la reactivación de los recuerdos, incluso en una forma diferente a la recuperación, promueve la retención a largo plazo, lo que disminuye la Curva del olvido. Este estudio también demuestra que las reactivaciones amplían la red neuronal que sustenta un recuerdo en la retención a largo plazo de, por ejemplo, los estímulos visuales, como las imágenes, sin el uso de información verbal.

Fuente: MacLeod, S., Reynolds, M. G., & Lehmann, H. (2018). The mitigating effect of repeated memory reactivations on forgetting. npj Science of Learning3(1), 1-8.

Fotografía de Patrick Perkins en Unsplash

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