El género no determina el éxito en las habilidades cuantitativas y matemáticas durante la primera infancia

Sabado 13 de noviembre de 2021

Un reciente estudio realizado con más de 500 infantes, entre 6 meses y 8 años, ha demostrado que niñas y niños poseen las mismas facultades cognitivas para razonar sobre la matemática durante la edad temprana. Con el propósito de investigar una posible causa de la escasa representación de mujeres en carreras relacionadas con la Tecnología, Ingeniería y Matemática (STEM), un grupo de investigadores se propuso determinar las diferencias de género en la cognición cuantitativa durante el desarrollo temprano, para así optimizar los planes de estudio en las asignaturas de matemática y ciencia en el primer ciclo escolar.


Los investigadores examinaron la cognición matemática temprana de lactantes e infantes. Con la excepción de los datos de bebés, los resultados se recogieron a partir de pruebas que midieron las habilidades de procesamiento numérico. Se evaluó la percepción y precisión de la numerosidad, la cual permite estimar la cantidad de un conjunto sin saber exactamente cuántos elementos hay en este. Examinaron la adquisición del recuento verbal durante la etapa escolar y aplicaron pruebas estandarizadas que implican el dominio de diferentes habilidades y destrezas, en temas como el conteo, el conocimiento numérico, la comparación y transformación de conjuntos concretos, los problemas de palabras con comparaciones numéricas y transformaciones aritméticas básicas, y los conceptos parte-todo.


Para evaluar la precisión de las representaciones de numerosidad en los bebés, se utilizaron dos flujos de imágenes, uno en el que las numerosidades alternaban entre las imágenes y otro en el que la numerosidad era constante. También, se analizaron las diferencias de género en la percepción de la numerosidad en los primeros años de la educación formal a través de una tarea que consistía en elegir la matriz que contuviera más puntos entre un conjunto de matrices. Los investigadores concluyeron que, desde la primera infancia hasta la niñez temprana, tanto niñas como niños son igualmente capaces de discriminar la numerosidad.


Para examinar el conteo verbal, es decir, el significado de los números a partir de una cantidad de elementos indicados, se les pidió a niñas y niños de entre 2 y 5 años y medio, que contaran en forma creciente hasta llegar al número 100. El análisis estadístico de los resultados mostró que ambos géneros tienen la misma destreza para memorizar y recitar una lista de conteo. También, se les pidió a los infantes, producir conjuntos de 1 a 10 objetos. Los investigadores concluyeron que tampoco existe diferencia entre niños y niñas en su capacidad de conteo para producir conjuntos.

Por último, se aplicó el Test de Habilidad Matemática Temprana Tercera Edición (TEMA-3) a infantes de entre 3 y 8 años. Esta prueba abarca, por un lado, conocimientos matemáticos escolares formales como los nombres de los números, la escritura numérica y las operaciones aritméticas, y, por otro lado, conocimientos informales como la capacidad para contar y razonar sobre relaciones y transformaciones cuantitativas que se basan en conocimientos adquiridos, pero que no se entrenan ni memorizan explícitamente. Los investigadores analizaron la relación entre el género y los distintos tipos de pruebas llegando a la conclusión que no hay diferencias entre ambos géneros para comprender los conceptos matemáticos en la primera infancia.


En consecuencia, los resultados de todas las pruebas sugieren que las diferencias de género en la participación de las carreras STEM no se deben a diferencias intrínsecas en el razonamiento numérico durante la primera infancia, sino que podrían surgir en el desarrollo de la maduración que se da en etapas posteriores, en otras habilidades cognitivas o por influencias socioculturales, como la predisposición a los estereotipos (presentes tanto en la comunidad científica y/o docentes y/o progenitores. Los desafíos para la sociedad que esta investigación propone son, por una parte, desterrar el estereotipo de que los niños tienen ventajas innatas para estas áreas y, por otra, alentar a las niñas a resolver desafíos, demostrar curiosidad e indagar, mejorando de paso la autopercepción de sus propias capacidades. Se espera de este modo fomentar la prosecución de carreras STEM por parte de mujeres, tomando estas el lugar que durante siglos muchas congéneres se vieron privadas de ocupar por el sexismo imperante en épocas anteriores.


Fuente: Kersey, A. J., Braham, E. J., Csumitta, K. D., Libertus, M. E., & Cantlon, J. F. (2018). No intrinsic gender differences in children’s earliest numerical abilities. npj Science of Learning, 3(1), 1-10.

Fotografía de Annie Spratt en Unsplash

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