Neuromito 2: Las niñas y los niños están menos atentos después de consumir bebidas o alimentos azucarados.

Lunes 12 de septiembre de 2022

Este neuromito hace alusión al efecto negativo que tendría el consumo de alimentos azucarados (glucosa) sobre la cognición a una edad temprana. Sin embargo, existen evidencias de larga data que han establecido que los alimentos azucarados no tienen un efecto sobre el rendimiento cognitivo de niñas y niños (Wolraich et al., 1995). Más aún, las evidencias también señalan que los productos azucarados que se consumen no tienen un efecto sobre el comportamiento. El estudio que analizó las evidencias disponibles en la literatura clínica en relación al potencial efecto sobre la atención que tendría el consumo de alimentos con contenido de sacarosa (azúcar de mesa) o glucosa se realizó por medio de una clase especial de publicaciones científicas conocida como metanálisis. Los metanálisis corresponden a un tipo de estudio que incorpora la estadística en el cual se revisa, analiza, evalúa e integra un conjunto de evidencias disponibles en la literatura científica a lo largo de la historia o en un período acotado (por ejemplo, cinco o diez años) para determinar si existen resultados similares que permitan establecer tendencias y conclusiones sobre los efectos (neutros, positivos, negativos, suaves, moderados o severos) que una intervención o tratamiento producen en la población. Los resultados de un metanálisis tienen que ser generalizables de manera que se pueda tener conocimiento acerca de cómo esos resultados podrían aplicarse a otros contextos (distintos grupos de personas, rangos etarios o países, etc.).

En el metanálisis referido se realizó la evaluación de 16 estudios que investigaron el impacto del consumo de productos sobre la cognición y el comportamiento de niñas y niños. En particular, evaluaron publicaciones que cumplieron el siguiente conjunto de criterios de rigurosidad: a. haber controlado el contenido de sacarosa o glucosa a ser consumido, b. el haber usado un grupo de personas que consumieron aspartamo o sacarina como placebo y c. el haber implementado un estudio ciego, esto es, quienes participaron en el estudio no conocieron quién recibió un producto azucarado o placebo (en este caso, el diseño ciego incluyó a el grupo de voluntarias y voluntarios, el equipo de investigación y a las familias). Los resultados del metanálisis analizaron un gama de variables cognitivas y conductuales tales como rendimiento en test académicos, dibujo de figuras, tests neuropsicológicos, aprendizaje de pares asociados, habilidades motoras, juicio otorgado por profesoras/es, juicios brindado por las familias, entre otros. El consumo de productos azucarados no tuvo efecto significativo sobre ninguna de las variables estudiadas (Wolraich et al., 1995).

 

En una nota complementaria, es importante restringir el consumo de alimentos con contenido de azúcar y carbohidratos en consideración de la salud general. Las recomendaciones de la Organización Mundial para la Salud (OMS, WHO por su sigla en inglés), establecen que menos del 10% de la energía total que consume en un día una niña, niño o adulto provenga de azúcares (WHO, 2016). Esta organización incluso señala que beneficios en la salud adicionales se obtienen cuando el consumo de carbohidratos no es mayor al 5% de la energía total que se consume en un día (25 gramos por día para una dieta de 2000 calorías diarias que representa el consumo calórico promedio de una persona adulta).

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